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Mi bebé está embracilado

Antes de ser madre, la palabra “embracilado” era desconocida para mí, fue hasta que nació mi bebé que conocí este término y para aquellas que no sepan a qué me refiero, esto significa que el bebé solo quiere estar en brazos de sus cuidadores o en brazos de la madre, esos bebés que lloran desesperadamente como si algo malo les pasara, pero al sostenerlos en tus brazos de manera mágica e instantánea dejan de llorar. Esos niños que duermen, comen, juegan y conocen el mundo en brazos de su madre.

Yo pasé los primeros días de vida de mi hijo pensando que era malo tener un bebé acostumbrado a los brazos de su madre, pensaba que eso no era bueno ni para él ni para mí, ya que toda la gente decía que un bebé «embracilado» nunca sería independiente, no iba a aprender a caminar y que no me iba a dejar hacer ninguna actividad. Erróneamente hice caso a esas habladurías y traté de acostumbrar a mi hijo a dormirse solo y cuando lo abrazaba lo hacía solo por unos instantes e inmediatamente lo dejaba en su cuna para que no se acostumbrara a mis brazos. En ocasiones lo dejaba llorar por varios minutos para que entendiera que no tenía que estar en mis brazos para tranquilizarse; mi instinto me decía que mantuviera a esa criatura junto a mí, pero las críticas de las personas frenaban las ganas de apapachar a mi bebé.

Con el pasar de los días, me di cuenta que esto no es lo correcto. Mantener al recién nacido cerca de la madre es lo más satisfactorio para ellos, la seguridad que le brindas al sostenerlo, mirarlo a los ojos, acariciarle su suave piel, arrullarlo, mimarlo y llenarlo de besos es única, no hay nada mejor para ellos que la atención y el calor humano que nosotras les podemos dar creando ese maravilloso vínculo de madre-hijo.

La naturaleza es tan sabia que el bebé reconoce tu voz al nacer, esa voz que lo acompañó durante nueve meses que estuvo en tu vientre; y aunque al nacer su vista no les permita apreciar la cara de sus padres, con sentirte, olerte y escucharte es suficiente para que ellos se sientan seguros y en paz.

Tener un bebé acostumbrado a tus brazos es extraordinario, eso solo se vive una vez, no hagas caso a los comentarios que dice la gente, tú eres quien cuida a ese bebé así que tú toma las decisiones y apapachalo mientras más puedas. 

Lo único que tenemos que considerar, es que no debemos dejar nuestras necesidades a un lado, hay que aprender a darnos el tiempo de comer, dormir, ducharnos, arreglarnos y tomar un descanso (aunque esto a veces es muy difícil, créeme, yo también fui un zombie viviente con tremendas ojeras que durante un mes no usé ni un solo par de zapatos, solo pijamas y pantuflas). 

Haz tus necesidades mientras tu bebé duerme, trata de darte un tiempo para ti y si esto te resulta difícil, no te frustres, son etapas que todas hemos vivido y ten paciencia, en vez de sufrir, goza estos bellos momentos porque a pesar de que un niño embracilado en ocasiones resulta bastante agotador, esa etapa nunca más la vas a volver a vivir, aprovéchala y disfrútala, dale todo el amor que puedas a esa criatura ya que mientras más crecen, más independientes se vuelven y pronto no querrán tantos besos y abrazos.

El primer mes de vida de tu bebé tiene un período de crecimiento súper rápido. El bebé crecerá de 2 a 4 cm en este periodo y aumentará alrededor de 1kg. El peso que tienen al nacer, se duplicará a los cuatro meses, esto es muchísimo, imagina cómo ese pedacito pequeño pronto no cabrá en los hermosos gorritos y en esos lindos mamelucos. 

En la foto: Saquito nudo gown «Emerald»
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